Acaso hemos pensado que sería un día
un sin comer, un día sin casa, un día sin abrigo. Es una situación que, aunque no debería de suceder,
es una realidad que más de 40% de la población guatemalteca vive diariamente.
Con una tasa del 60% de desempleo, es difícil
percibir un futuro prometedor, sumándole el hecho de tener un gobierno donde
los funcionarios públicos, en su mayoría, se dedican a velar por su propio
bolsillo. Y el mismo pueblo que eligió a su mandatario ahora lo acusa de genocida
en un conflicto que aunque ocurrió hace mas de 20 años todavía resuena en
nuestra Guatemala.
Y para empeorar la situación el gobierno
decide tomar un papel paternalista garantizando la bolsa “solidaria” sin que el
hombre o la mujer trabajen por ella,
afectando directamente al campo laboral. El papel del gobierno no es proveer
comida, ni empleo; el gobierno solo
tiene la obligación de garantizar la seguridad del país y un ambiente estable
económicamente para que tanto el sector público como privado puedan
desarrollarse y así crear empleos. Mejorar, avanzar, superarse, es cuation de ambas partes, esto es "mita-mita".

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